5.12.2010



Paraísos Elementales:
Un acento sobre la fugacidad de la vida en sus más pequeñas dimensiones
Por Carmen Rioja

En la ciudad de San Miguel de Allende, Gto. recién se inauguró la exposición Paraísos Elementales del pintor segoviano Luis Moro, albergada en el centro cultural Ignacio Ramírez “El Nigromante” del Instituto Nacional de Bellas Artes. Esta exposición itinerante, organizada por el Centro Cultural España, ha circulado ya por varios museos como el Palacio Clavijero de Morelia, el Museo de Bellas Artes de Querétaro y nos llega a San Miguel en colaboración con la Galería Florencia Riestra para después viajar a Mérida y exhibirse en el Museo Macay.
Con una temática ambientalista centrada en los seres diminutos del planeta como escarabajos, avispas, peces y mosquitos, vemos el fuerte compromiso moral de este artista por despertar consciencia en el tema ecologista y de protección ambiental. Me parece admirable que haya quien se procupe por señalar la fragilidad de los más pequeños del planeta, no por esto eslabones menos valiosos en el ciclo de la vida e indispensables en la delicada cadena que forma el equilibrio ambiental.
La trayectoria de Luis Moro es muy destacada y ha llegado a posicionarse en España como uno de los más importantes grabadores y pintores; su obra ha merecido exposiciones individuales y colectivas en importantes galerías de Madrid, así como en Francia, Italia, Bélgica, República Checa, Portugal y ahora en México. Su obra ha participado en exposiciones colectivas en Nueva York, La Habana, Toronto, Colonia, Hong Kong, entre otras ciudades.
La obra plástica en Paraísos Elementales se destaca por composiciones muy cuidadas en las que el sujeto de la obra aparece flotando sobre el fondo blanco del soporte, generalmente de madera o tela. Con esta cualidad de flotar rodeadas de vasto espacio, el énfasis va dirigido con gran solidez focal al sujeto de la obra y como resultado el dibujo puede ser apreciado de manera contundente. Bajo esta luz apreciamos la perfección de las nervaduras en las alas de la avispa, el diseño equilibrado del caparazón del escarabajo, la suavidad que evoca el capullo de mariposa o la cualidad etérea de la cola de un pez naranja. Pero siempre bajo la distorsión de la destrucción, como sucede en una magnífica pintura en la que vemos la caída inminente de un insecto en llamas, de la que sólo podemos ver la estructura de las alas y las llamas de fuego.
En algunas obras, Moro realizó un realce tridiminesional, montando el dibujo sobre una segunda lámina de madera recortada con precisión al perímetro del dibujo y creando así un bajo relieve. Mucho mayor sería el impacto de la obra de Luis Moro y de gran valor estético si cuidara la manufactura prescindiendo de la ténica de infografía de la cual por el momento apoya la mayoría de sus dibujos. A distancia podría pasar inadvertido pero, cuando se observa cuidadosamente, la impresión láser del dibujo base se deja ver por el reflejo de la luz en el plastificado y por el grano abierto de la impresión sobre tela. Aunque este truco es muy útil para pintar sobre la foto de un dibujo de gran calidad, sería muy apreciable que el dibujo estuviera realizado a mano alzada, lo cual sin duda sería posible, ya que conocemos que el dibujo de Luis Moro es impecable y siempre ha sido reconocido como un excelente grabador. Lo más probable es que la fuente de las infografías sean los propios dibujos de Moro, a menor escala, sólo que este hecho no le aporta a estas obras en particular la calidad en manufactura que esperaríamos ver. Sin embrago Luis Moro no intenta engañar a nadie, puesto que en las propias cédulas de cada obra vemos que la técnica ha sido expuesta como “infografía, técnica mixta sobre tela”. En otros casos, vemos “óleo sobre masonite”, o sólo “técnica mixta sobre tela”. De cualquier modo las texturas logradas con óleos sobre la tela son muy afortunadas, la pincelada veloz y fugaz de Moro ayuda a crear el efecto del movimiento de los insectos, pero sobre todo, es afortunada porque crea un acento sobre la fugacidad de las cosas y la velociodad con que la vida pasa cuando la destrucción proviene de la interacción del hombre con el planeta.
Sin duda es es muy recomendable visitar Paraísos Elementales y llevar a niños y grandes. La exhibición tendrá puertas abiertas al público del 16 de abril hasta el 30 de mayo.

San Miguel de Allende, Gto. México
4 de mayo, 2010.
Fuentes: http://www.luis-moro.com/cv.html
Foto: Carmen Rioja

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